La empresa común europea Europe's Rail planea hacer obligatorio el DAC tanto en el material rodante nuevo como en el ya utilizado, a pesar de que la tecnología aún está en fase de pruebas. Los transportistas de mercancías por ferrocarril de Europa Central, incluidos Polonia, Alemania, la República Checa, Hungría y Eslovenia, señalan la falta de normas uniformes tanto para la parte mecánica como para la digital/eléctrica de la solución y la necesidad de pruebas adecuadas que permitan evaluar los costes y beneficios de la automatización. Como ya hemos informado, representantes de organizaciones de operadores ferroviarios de mercancías de Europa Central se reunieron en Praga en febrero para debatir las amenazas y oportunidades de la implantación del DAC.
La perspectiva de la implantación del DAC de aquí a 2030 obliga a muchos operadores a actuar ya en el mantenimiento del material rodante, debido a los ciclos de mantenimiento existentes. La falta de requisitos técnicos y de diseño claros para instalar DAC en los tipos de vehículos más antiguos impide decidir si la flota es apta para la modernización o el desmantelamiento.
El aspecto financiero de la tecnología también suscita preocupación. "Un enganche automático en su versión básica cuesta entre 15.000 y 20.000 euros. En Europa hay unos 500.000 vagones de mercancías, cada uno de los cuales requiere dos enganches. Por tanto, el proyecto costaría a la industria hasta 15-20 mil millones de euros, y esta cantidad no incluye la funcionalidad completa del DAC ni los costes de las obras de modernización", afirma Michał Litwin, Director General de la Federación de Operadores Ferroviarios Independientes (ZNPK).
Las organizaciones ferroviarias exigen garantías para la financiación íntegra del proyecto, un alcance definido para equipar el material rodante con nuevas tecnologías, modernizar o renovar la flota, así como procedimientos claros para autorizar el reequipamiento de vehículos en toda la UE, a fin de evitar el riesgo de reducir la flota operativa de los transportistas. Al mismo tiempo, las organizaciones ferroviarias temen que el proyecto para aumentar la competitividad del transporte de mercancías por ferrocarril conduzca, por el contrario, a su reducción, ya que para muchos operadores más pequeños estos cambios significarán el principio del fin de sus operaciones.
"Los operadores no están en condiciones de soportar unos gastos únicos tan elevados para el equipamiento de los vehículos. Sin un apoyo institucional significativo, estos costes tendrán que trasladarse a las tarifas ofrecidas a los clientes del transporte de mercancías por ferrocarril. Y lo que es peor, en las actuales condiciones de explotación (transporte de trenes compactos, intermodal e implantación de la última milla mediante el transporte por carretera), no hay beneficios mensurables para los operadores y sus clientes que puedan compensar una modernización tan costosa", comentó Miroslaw Szczelina, miembro del Consejo de Administración de la Federación de Operadores Ferroviarios Independientes (ZNPK).