A principios de febrero, el descarrilamiento de un tren en East Palestine (Ohio) liberó millones de kilogramos de sustancias químicas tóxicas al medio ambiente y miles de personas tuvieron que ser evacuadas. Un mes después de aquel accidente, el sábado se produjo otro en Ohio, 290 kilómetros al noreste de Springfield, al descarrilar 20 vagones de un tren de mercancías. Norfolk Southern dijo que no había materiales peligrosos a bordo del tren y no se registraron heridos. Sin embargo, se instó a los residentes que vivían cerca del descarrilamiento del sábado a que se refugiaran como medida de precaución.
Los residentes de la frontera entre Ohio y Pensilvania siguen sintiendo miedo y frustración tras el descarrilamiento del tren en febrero. Aunque no hubo heridos, el descarrilamiento llenó las casas de los residentes con humos malolientes y expuso a muchos a compuestos cancerígenos. Los cursos de agua locales sufrieron una enorme pérdida de vida acuática, y algunos residentes de la zona declararon síntomas de exposición a sustancias químicas. Aunque la calidad del aire ha vuelto a niveles normales, algunos residentes siguen sufriendo náuseas, dolores de cabeza y erupciones cutáneas, y muchos están preocupados por los efectos a largo plazo del suceso en la salud humana y el medio ambiente. Los expertos investigan ahora la contaminación del suelo por dioxinas.
También ha surgido una enorme controversia política en torno al caso. En el aniversario del ataque ruso a Ucrania, Biden hizo una visita a Kiev. Los republicanos criticaron entonces a Biden por ir allí en vez de a Palestina Oriental. El ministro de Transporte, Pete Buttigieg, también ha sido objeto de críticas.
No obstante, ya se están tomando medidas activas para mejorar la seguridad del transporte de materiales peligrosos por ferrocarril. La semana pasada, el administrador de la Administración Federal de Ferrocarriles (FRA), Amit Bose, anunció una iniciativa nacional centrada en las inspecciones de las rutas por las que circulan trenes con materiales inflamables de alto riesgo (HHFT) y otros trenes que transportan grandes volúmenes de mercancías peligrosas. En colaboración con la Administración de Seguridad de Oleoductos y Materiales Peligrosos (PHMSA) del USDOT, la FRA identificará estas rutas y les dará prioridad para su inspección a partir de ahora. Las inspecciones comenzarán en East Palestine, Ohio, y se extenderán a comunidades de todo el país. La información se compartirá con los ferrocarriles, así como con las organizaciones sindicales ferroviarias, y se publicará periódicamente para aumentar la transparencia.