El hidrógeno y sus derivados, como el amoníaco, desempeñarán un papel clave en la transición energética para sustituir al gas natural, como materia prima para la industria y la química verde, y para apoyar el transporte sostenible. Gran parte del hidrógeno para el noroeste de Europa será importado, incluso en forma de amoníaco, más fácil de transportar que el hidrógeno.
Por ello, los participantes en la iniciativa han encargado a Fluor que estudie las posibilidades de una gran instalación central de craqueo en la zona portuaria para volver a convertir el amoníaco importado en un millón de toneladas de hidrógeno al año. El hidrógeno podría utilizarse en el puerto o transportarse por tuberías para facilitar la descarbonización de otras agrupaciones industriales del noroeste de Europa. Por regla general, un millón de toneladas de hidrógeno verde puede facilitar aproximadamente 10 millones de toneladas de reducciones de CO2.
Allard Castelein, Director General de la Autoridad Portuaria de Rotterdam: "Europa necesitará grandes cantidades de hidrógeno para alcanzar sus objetivos climáticos, y una parte importante puede importarse a través del puerto de Rotterdam. El amoníaco es una de las formas más eficientes de transportar hidrógeno y, estableciendo un cracker central de amoníaco, podemos ahorrar tiempo, espacio y recursos para permitir la importación de un millón de toneladas de hidrógeno al año."
Además de la Autoridad Portuaria de Rotterdam, participan en la iniciativa Air Liquide, Aramco, bp, Essent/ E.ON, ExxonMobil, Gasunie, GES, HES international, Koole Terminals, Linde, OCI, RWE, Shell, Sasol, Uniper, Vopak y VTTI. El estudio de prefactibilidad analizará los requisitos técnicos, económicos, medioambientales y de seguridad de una gran instalación de craqueo. Los primeros resultados del estudio se esperan para principios de 2023.