El planteamiento de la Unión Europea sobre el transporte ecológico, en particular mediante la modificación de la Directiva de Pesos y Dimensiones, pretende apoyar la electrificación del transporte por carretera permitiendo vehículos más pesados y largos, aparentemente para acomodar el peso adicional de las baterías de los camiones eléctricos.
Sin embargo, esta iniciativa se enfrenta a críticas por poder tener consecuencias imprevistas que podrían socavar objetivos medioambientales y de seguridad más amplios. Líderes del sector y estudios destacan que la Directiva, al no limitar sus autorizaciones a los camiones eléctricos y facilitar el uso transfronterizo de camiones sobredimensionados, podría provocar un aumento significativo de las emisiones de CO2, daños en las carreteras y riesgos para la seguridad. El sector ferroviario, un modo de transporte más respetuoso con el medio ambiente, saldrá perdiendo considerablemente, ya que las previsiones indican un descenso sustancial de la cuota de mercado del transporte de mercancías por ferrocarril.
La crítica se basa en datos que sugieren que el cambio hacia vehículos de carretera más pesados y largos (incluidos los no eléctricos) podría en realidad incentivar el transporte por carretera frente a alternativas más ecológicas como el ferrocarril, a pesar de que el perfil de consumo de energía y emisiones del ferrocarril es considerablemente inferior. La posible proliferación de estos vehículos de gran tamaño, conocidos como "Giga liners", amenaza con aumentar las emisiones de CO2, agravar el desgaste de las carreteras y plantear problemas de seguridad, todo ello mientras se desvía el transporte de mercancías del ferrocarril a la carretera. Este trasvase no sólo podría aumentar los costes de mantenimiento e infraestructuras, que correrían a cargo de los contribuyentes, sino que también iría en contra de los objetivos medioambientales y de seguridad de la UE.
Dada la importancia estratégica de reducir las emisiones del transporte como parte de los objetivos climáticos más amplios, se reclama un enfoque más holístico de la política de transportes. Ello implica revisar la Directiva de Pesos y Dimensiones junto con la Directiva de Transporte Combinado para promover un sector del transporte que apoye realmente la sostenibilidad. Estas revisiones garantizarían que las autorizaciones para vehículos más pesados y largos se limiten a los camiones eléctricos y que el marco político tenga en cuenta el impacto en todos los modos de transporte, sin limitarse a optimizar el transporte por carretera.
El enfoque propuesto hace hincapié en la necesidad de compatibilidad entre las dimensiones de los camiones y las operaciones de transporte combinado, subrayando el potencial de una relación sinérgica entre la carretera y el ferrocarril que aproveche los puntos fuertes de cada modo. Al centrarse en la interoperabilidad de los camiones eléctricos con el transporte ferroviario de mercancías, la UE tiene la oportunidad de crear un sistema de transporte más sostenible y eficiente que se alinee con sus objetivos de Green Deal y apoye un aumento significativo del tráfico ferroviario de mercancías para 2050. Esta estrategia no solo mitigaría los impactos negativos asociados a camiones más pesados y largos, sino que también garantizaría un sector del transporte equilibrado e integrado capaz de cumplir los ambiciosos objetivos medioambientales y de seguridad de la UE.
Lea aquí la ficha de datos y cifras de CER sobre camiones más grandes y pesados.
