Ante el fuerte aumento de la demanda de transporte de pasajeros y mercancías y una red ferroviaria al mismo tiempo muy cargada y propensa a las interrupciones, el Consejero Delegado de DB, Richard Lutz, ha pedido un cambio de paradigma en las infraestructuras. En una rueda de prensa telefónica en Berlín, describió la rehabilitación de la red ferroviaria como una tarea central en los próximos años.
Lutz se refirió a la evolución actual de los mercados de transporte, según la cual, afortunadamente, los clientes de pasajeros y mercancías están volviendo al ferrocarril más rápido de lo esperado. "La demanda actual confirma nuestra convicción básica de que los objetivos de crecimiento y transferencia modal del Gobierno Federal son realistas". Nunca antes ha habido tantos trenes en la red alemana como estos días. Sin embargo, la red de rutas en las que se gestiona esta creciente demanda no ha crecido a la par. Al mismo tiempo, se ha deteriorado aún más porque muchas instalaciones están anticuadas y, por tanto, son propensas a sufrir averías. El gobierno federal y los ferrocarriles llevan algunos años introduciendo cambios. Sin embargo, lo cierto es que este programa de modernización ha traído consigo un número sin precedentes de obras que cuestan capacidad adicional y tienen enormes repercusiones operativas y de tráfico.
Los detalles de todo el concepto y las medidas concretas de aplicación en los próximos años se abordarán en estrecha colaboración entre el gobierno federal, los ferrocarriles y toda la industria. El objetivo es una infraestructura orientada al bienestar público de una sola fuente.
Lutz explica que, además, la situación operativa actual muestra de forma tan clara como dolorosa que nos encontramos ante un dilema que difícilmente puede resolverse a corto plazo: "Crecer y modernizarse al mismo tiempo ya no es posible con una buena calidad de explotación y puntualidad en demasiados días y demasiados corredores. Los efectos masivos se dejarán sentir en todas las empresas ferroviarias y, por tanto, también en todos los pasajeros, autoridades públicas y clientes del transporte de mercancías. Somos conscientes de ello". Los ferrocarriles están haciendo todo lo posible para minimizar los efectos negativos para las empresas de transporte y los clientes del transporte de pasajeros y mercancías. Lutz agradeció en particular a todos los trabajadores ferroviarios de la zona de operaciones su incansable compromiso. En interés de todos, ahora es necesario un cambio de rumbo fundamental y trabajar en soluciones sostenibles que aborden el problema en su esencia. Seguir como hasta ahora no es una alternativa.
Según él, esa solución sostenible reside en la infraestructura. Es fundamental no sólo para el crecimiento y el cambio modal, sino también para la calidad operativa y la puntualidad. "El 80% de la calidad del sistema ferroviario se decide en la red ferroviaria. Los actuales problemas de fiabilidad y calidad del transporte ferroviario son esencialmente problemas de capacidad y obsolescencia de la infraestructura.
Esto es especialmente cierto en el caso de la red altamente cargada, de unos 3.500 kilómetros de línea en la actualidad, donde la utilización media de la capacidad es ya de alrededor del 125% sin actividades de construcción y puede aumentar rápidamente a más del 150% en caso de obras". Para que la red ferroviaria sea apta para el crecimiento y el cambio modal, dijo, la red altamente congestionada, en particular, debe convertirse en una red de alto rendimiento, con una mejora permanente y sostenible de todos los oficios relacionados con la puntualidad.
El CEO de DB concluye que el núcleo de la ejecución incluye una renovación general de los corredores altamente congestionados. Se agruparán todas las medidas de construcción necesarias para los próximos años. Aunque esto requeriría períodos de cierre más largos, éstos irían de la mano de una mayor fiabilidad y plazos más largos para todas las partes implicadas gracias a una mejor planificación previa. Era importante que, tras la aplicación de la medida del corredor, no hubiera obras durante varios años y que esto creara impulsos positivos para la capacidad y la calidad de toda la red. La concreción de estos conceptos debe formar parte del trabajo conjunto del gobierno federal, los ferrocarriles y la industria.
