El terremoto que sacudió la región sudoriental de Turquía ha causado graves daños en la zona, en cuyas ciudades afectadas viven más de 15 millones de personas. Las secuelas de la catástrofe han demostrado lo poco preparado que está el país para una calamidad de tal magnitud, afectando a diversos sectores, entre ellos el transporte.
El sistema ferroviario es uno de los principales medios de transporte en Turquía, y los trenes se utilizan tanto para pasajeros como para mercancías. A pesar de los daños sufridos por la infraestructura ferroviaria, el personal ferroviario trabajó duro para reparar los daños y, un mes y medio después del terremoto, se han logrado avances significativos.
Según informa server Rail Turkey, los trenes de pasajeros han vuelto a la normalidad y varios servicios ferroviarios utilizan ya la vía férrea que atraviesa la zona del terremoto. Se han reparado más de 1.060 km de los 1.275 km de vía férrea que se averiaron durante el seísmo, y ya funcionan todos los trenes excepto el Firat Express. El sistema ferroviario también desempeñó un papel importante en la evacuación, sobre todo porque la mayoría de las carreteras de la región estaban bloqueadas por el intenso tráfico. Los trenes se organizaron en nuevas rutas según las necesidades, con 158 salidas que transportaron a 30.000 personas.
También se utilizaron trenes para transportar equipos y material de ayuda, con más de 3.000 efectivos sanitarios y militares transportados en trenes. Se organizaron 27 trenes de ayuda que transportaban contenedores habitables, WC portátiles y material de ayuda. Además, parte de la ayuda internacional también se transportó en trenes desde las fronteras. Por último, el sistema ferroviario suministró combustible a la región, que sufrió escasez de combustible desde el primer día del terremoto. Los trenes transportaron 30.000 litros de combustible para las ambulancias y la maquinaria pesada de construcción.
