El plan se centra en áreas clave como la lucha contra el cambio climático, la mejora del rendimiento de los trenes, la prioridad a la satisfacción de los usuarios de pasajeros y mercancías y el fomento de la sostenibilidad del ferrocarril.
Con un fuerte énfasis en la satisfacción del cliente, el plan se centra en ofrecer un sistema ferroviario más puntual y fiable en comparación con el estado actual. Para mejorar la experiencia general del cliente, Network Rail emprenderá iniciativas como la renovación de ascensores y escaleras mecánicas, la mejora del alumbrado y la mejora de los sistemas de información al pasajero para garantizar la seguridad personal.
Un aspecto destacado del plan es el aumento significativo de la inversión dedicada a abordar el cambio climático y fomentar un ferrocarril resistente y sostenible, del que se beneficiarán no solo los ferrocarriles de pasajeros, sino también las empresas ferroviarias de mercancías. El presupuesto para proyectos relacionados con el cambio climático aumentará, alcanzando los 1.840 millones de euros. Esta inversión abarcará iniciativas como la renovación de los movimientos de tierras y el drenaje, con equipos especializados dedicados a esta tarea, la mejora de los conocimientos meteorológicos operativos, las inversiones estratégicas en adaptación al cambio climático y el apoyo continuado al Grupo de Trabajo sobre Riesgos Meteorológicos.
El plan incluye inversiones en tecnología e innovación, como la instalación de equipos de supervisión de la infraestructura en los trenes, lo que permitirá su control a distancia sin necesidad de que los empleados se aventuren en las vías. Además, se destinará una inversión de 2.100 millones de euros a la señalización de nueva generación.
Las inversiones también tienen en cuenta el ferrocarril de mercancías, con un objetivo "ambicioso pero realista" de crecimiento del 7,5% en toda la red.