A pesar de la reanudación parcial del suministro a través del gasoducto Nord Stream, el Gobierno alemán estudia planes de ahorro de gas para la temporada de calefacción de invierno. La semana pasada, el Ministro Federal de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, presentó en una rueda de prensa virtual un nuevo paquete de medidas sobre seguridad energética, que complementa las amplias medidas ya adoptadas. El Gobierno alemán ya decidió aumentar el uso de centrales eléctricas de carbón para reducir el consumo de gas natural en la generación de electricidad. Ahora, una nueva normativa activará la reserva de lignito a partir del 1 de octubre. Las centrales de lignito podrán entonces volver al mercado eléctrico y sustituir a las de gas natural.
En una entrevista para RedaktionsNetzwerk Deutschland (RND), el Coordinador de Logística del Gobierno Federal, Oliver Luksic (FDP), advirtió de la falta de capacidad de transporte para el suministro de combustible. El gran problema es que las centrales eléctricas de carbón necesitan enormes cantidades de carbón y, por tanto, es de esperar que haya dificultades logísticas para hacer frente al suministro del combustible necesario.
Según Luksic, el sector logístico ya está trabajando al límite: "Las rutas de transporte ya están al límite en muchos lugares y en un futuro próximo habrá más tensión masiva debido a la reactivación de las centrales eléctricas de carbón" Además, faltan vagones en los ferrocarriles y hay una escasez masiva de maquinistas. "La reactivación de la generación de electricidad a partir del carbón decidida por el Gobierno federal provocará un considerable tráfico adicional en las rutas marítimas y ferroviarias", añadió Luksic.
La Asociación de Importadores de Carbón percibe problemas similares. Su presidente, Alexander Bethe, confirmó en un comunicado de prensa publicado a finales de junio que están bien preparados para el anuncio del gobierno alemán de que las centrales eléctricas de carbón se utilizarán más debido a la escasez de gas. Sin embargo, también añadió: "Los puertos marítimos de Ámsterdam, Rotterdam y Amberes trabajan a pleno rendimiento debido a la gran afluencia de carbón ruso (hasta principios de agosto) más alternativas y están funcionando al límite. La logística interior, el transporte del carbón desde los puertos marítimos hasta las centrales térmicas de carbón por barco o ferrocarril, también está experimentando cuellos de botella debido a la gran escasez de personal". Para que la transición del gas al carbón sea un éxito, ahora es necesario planificar con una perspectiva de al menos cinco años la modernización de las terminales de los puertos marítimos y la logística interior.
Sin embargo, el Ministerio Federal de Transportes y el Ministerio Federal de Economía colaboran estrechamente para encontrar una solución eficaz al problema que garantice un aumento de la capacidad ferroviaria. "En una primera fase, estamos adaptando las condiciones de uso de la red a corto plazo para dar prioridad al transporte de hidrocarburos y carbón a nivel de despacho, es decir, a la hora de asignar franjas ferroviarias libres. Si esto no es suficiente, podemos regular el trato preferente del transporte a nivel de asignación de capacidad mediante un decreto ley en virtud de la Ley de Seguridad Energética. Esto también liberaría franjas ya asignadas al transporte de energía", explicó el Ministro Federal de Asuntos Digitales y Transporte, Volker Wissing, en un comunicado publicado en la web del Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima.
