Para IKEA, el 4,3% de la huella climática total de la cadena de valor de la marca procede del transporte de productos. En 2021, la huella climática del transporte de productos se redujo en términos absolutos un 2,8% en comparación con el año de referencia 2017.
IKEA Supply Chain Operations ha fijado los próximos y ambiciosos objetivos climáticos para 2030. Los compromisos incluyen la reducción de sus emisiones de carbono en un 70% de media en su transporte terrestre y marítimo, y de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% en todas las operaciones logísticas. Y alcanzar estos objetivos también requerirá habilidad, persistencia, determinación y cooperación.
La empresa ha identificado el cambio a soluciones intermodales como una de las vías. Para ello, colabora con sus socios para trasladar cada vez más mercancías de la carretera al ferrocarril, el transporte marítimo de corta distancia y la barcaza.
"Encontrando nuevas formas de suministrar nuestros productos y ampliando el desarrollo de soluciones intermodales, podemos disminuir drásticamente el uso de combustibles fósiles y reducir las emisiones de nuestras operaciones", afirma Elisabeth Munck af Rosenschöld, Responsable de Sostenibilidad de Operaciones de la Cadena de Suministro de IKEA. Allí dirige la agenda de descarbonización de la marca para los servicios de transporte y logística, que gestiona dos millones de envíos cada año.
En 2021, las emisiones relativas de IKEA procedentes del transporte terrestre disminuyeron un 2,2%, en comparación con 2020, debido principalmente a un aumento de las soluciones intermodales.
La empresa también está aumentando el uso de combustibles más sostenibles y luchando por la electrificación de las flotas de mercancías. Su objetivo es acabar con la dependencia de los combustibles fósiles. En Suecia, casi la mitad del transporte nacional de IKEA se realiza mediante ferrocarril eléctrico alimentado por energía hidroeléctrica, y el resto en camiones que utilizan biocombustibles como el HVO (aceite vegetal hidrotratado).
En 2018, IKEA comenzó su andadura sin combustibles fósiles en Dubái, una ciudad famosa por sus reservas de petróleo, utilizando un cinco por ciento de biocombustibles procedentes de aceite de cocina usado en el transporte doméstico desde los puertos y hasta las tiendas. Desde entonces, la empresa ha ampliado la solución y utiliza un cien por cien de biocombustibles para todas estas entregas domésticas.
"Desde que iniciamos nuestra andadura descarbonizadora, hemos conseguido mucho. Sin embargo, el mundo está en una cuenta atrás para limitar el cambio climático, y es necesario acelerar. Necesitamos una transición urgente hacia el uso de energías renovables", afirma Elisabeth Munck af Rosenschöld.
Por ejemplo, IKEA se ha propuesto eliminar gradualmente los combustibles fósiles y considera que la electrificación es un factor clave para reducir las emisiones de CO2. Por eso colabora con empresas afines para ampliar la construcción de infraestructuras y desplegar vehículos eléctricos.
También hay otras colaboraciones. En 2021, la empresa sueca unió fuerzas con varias empresas mundiales al firmar la declaración de ambición 2040 a través de la plataforma de colaboración Cargo Owners for Zero-Emission Vessels, facilitada por el Aspen Institute. La declaración destaca que los compradores mundiales de transporte quieren un transporte marítimo con cero emisiones de carbono y acelerar rápidamente los esfuerzos de descarbonización. Con su firma, IKEA se propone transportar mercancías únicamente en buques de emisiones cero para 2040.
