"Una locomotora diésel TEP70BS-239 tirando de un tren no tan ordinario. No es el tipo de tren en el que viajaría el común de los mortales. Tras las cortinas de las ventanas de los vagones de este tren, hay oscuridad y penumbra. Una persona corriente que entre en estas paredes se convertirá en carne picada. Lo mismo ocurre con el hombre que fotografía este tren a través del visor de su cámara. El propio tren apesta a miedo y a un anhelo increíble. En mi caso, tuve suerte de que sólo hubiera una locomotora y de que la persona que viajaba en el tren estuviera cuatro rangos por debajo de la persona más aterradora del país".
Este texto apareció bajo una fotografía publicada en el sitio web rutrain.com. Su autor es Mijaíl Korotkov, de 31 años, que tomó la foto hace cuatro años. Fotografió el misterioso tren en la ruta Dobyvalovo-Valdai entre Moscú y San Petersburgo en noviembre de 2018, convirtiéndose aparentemente en la primera persona fuera de los círculos oficiales en publicar el tren privado del dictador ruso.
Los críticos acusan al presidente ruso de ser extremadamente vigilante, y algunos incluso lo califican de paranoico, especialmente en lo que se refiere a la seguridad.
En medio del brote de COVID-19, Putin tomó medidas adicionales para garantizar la seguridad de su residencia, incluida la instalación de un "túnel de desinfección" que utiliza detergentes en aerosol y luz ultravioleta para descontaminar a los visitantes. Como resultado, Putin permaneció aislado en ocasiones durante varias semanas.
A lo largo de la pandemia, Korotkov y otros entusiastas observaron un aumento significativo del uso del tren presidencial. En una entrada de blog de 2021, Korotkov señalaba que el tren "iba a toda velocidad, haciendo que todos los demás trenes programados cedieran el paso", según el Washington Post.
Putin también ha hecho construir nuevas líneas hasta sus residencias, según el canal de investigación ruso Proekt. Vías separadas con sus propias estaciones, ocultas tras altas vallas, conducen no sólo a Valdai, sino también a Sochi y al complejo de Novo-Ogaryovo, cerca de Moscú. Por supuesto, el ferrocarril privado está vigilado por varias cámaras.
Gracias a los consejos de otros entusiastas, Korotkov ha captado varias veces el tren de Putin en la carretera, pero sólo ha publicado unas pocas fotos. Sin embargo, Moscú parece haberse dado cuenta, porque en mayo de 2021 su vida dio un extraño giro. Afirma que transcripciones literales de sus llamadas telefónicas privadas aparecieron de repente en su canal de YouTube. En ese momento comunicó a sus padres que su vida corría peligro.
Y cuando comenzó la movilización en Rusia el pasado septiembre, decidió emigrar. Cuando recibió la orden de reclutamiento, ya estaba en el extranjero. Ahora vive en Sri Lanka y trabaja en una empresa de TI. Lo único que dejó atrás en Rusia es su familia, y eso es lo único que echa de menos, concluye el Washington Post sobre la historia de Kortkovsky.
