Los precios de la energía siguen siendo volátiles en los mercados. El ferrocarril, como modo de transporte en gran parte electrificado, se ve afectado significativamente por los altos precios de la energía y se enfrenta a unos costes anuales adicionales estimados en 10.000 millones de euros para el sector. Esta situación es motivo de gran preocupación para la sostenibilidad financiera de las operaciones ferroviarias.
En palabras de Alberto Mazzola, Director Ejecutivo del CER: "Debemos evitar un cambio modal inverso, en el que la logística pase de modos de transporte menos contaminantes a otros más contaminantes. Sin embargo, esto es lo que obtendremos si no se bajan los precios de la electricidad para los Servicios de Interés Económico General, como el ferrocarril. Si no se corrige la situación con urgencia, se pondrán en peligro todos los esfuerzos realizados en la última década, así como las políticas formuladas para 2030 y 2050 para promover la transición ecológica de la movilidad europea."
Con el 80% de los kilómetros recorridos por el transporte de pasajeros y mercancías propulsados por tracción eléctrica, el ferrocarril es el mayor consumidor de electricidad de Europa. Según datos de Eurostat, el ferrocarril consume unos 50.000 millones de kilovatios-hora de energía eléctrica al año. Esto corresponde al 2% de la electricidad disponible para el consumo en la UE27.
El CER consultó en octubre a las empresas ferroviarias para recabar la información más reciente sobre la evolución de los precios de la electricidad y las correspondientes medidas de apoyo para paliar la crisis energética. Según la encuesta:
- Los ferrocarriles europeos ya pagan una media de 200 euros/MWh por la electricidad. Según el tipo de contrato energético, las empresas se han expuesto a precios de hasta 870 euros/MWh.
-
El precio estimado para 2023 oscila entre 300 y 400 euros/MWh. Hay que señalar que los operadores de transporte de mercancías por ferrocarril prevén un precio medio de 500 €/MWh, lo que dificulta aún más la competitividad intermodal del ferrocarril, ya que los precios del gasóleo experimentaron un aumento relativamente menor en los últimos meses.
-
A pesar de las anteriores convocatorias sectoriales, por el momento apenas hay ayudas disponibles para el sector. Aunque algunos Estados miembros están estudiando medidas de ayuda estatal, las empresas ferroviarias no reciben suficiente apoyo.
Las perspectivas son preocupantes y, por el momento, resulta demasiado costoso para las empresas ferroviarias asegurarse precios asequibles o contratos fijos a corto plazo. Sin la intervención de los Estados miembros, la subida de los precios de la electricidad acabará por desviar el tráfico ferroviario o incluso provocar un cambio modal inverso hacia un transporte por carretera más intensivo en energía pero más barato y dependiente del petróleo, en contra de los objetivos de la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la UE.
Además, dado que el ferrocarril desempeña un papel estratégico en el transporte de energía (como se observa en la priorización de los servicios de transporte de mercancías por ferrocarril en Alemania o Polonia), la CER reitera que el ferrocarril debería estar protegido de cualquier objetivo de reducción de la demanda de energía.
