Aunque hasta ahora la estrategia ferroviaria suiza se ha centrado principalmente en eliminar los cuellos de botella y aumentar la frecuencia, ahora la oferta ferroviaria se ampliará a las distancias cortas y medias. Esto permitirá nuevas mejoras en los servicios de pasajeros y mercancías. Para ello, por ejemplo, se ampliarán los servicios de S-Bahn y se modernizarán las estaciones de cercanías.
El Consejo Federal tiene así en cuenta que el mayor potencial de transferencia modal al transporte ferroviario se encuentra en las aglomeraciones urbanas y en los enlaces entre centros regionales y aglomeraciones. El transporte de larga distancia debe ampliarse, sobre todo allí donde el ferrocarril no sea competitivo con la carretera en términos de duración del trayecto. El objetivo es reducir la duración de los trayectos en determinadas zonas. En el transporte de mercancías, se mejorará el acceso ferroviario mediante nuevos puntos de transbordo intermodal e instalaciones logísticas urbanas. De este modo, se pretende contribuir en la medida de lo posible a alcanzar los objetivos climáticos.
Además de la perspectiva a largo plazo, el Consejo Federal también planea ajustes e innovaciones. Por ejemplo, tiene previsto ampliar a dos carriles el túnel de base de Lötschberg. Se dispondrá de otros 720 millones de francos para la ampliación completa del túnel de base de Lötschberg y los costes adicionales de otros proyectos como el túnel de Brüttener, el túnel de base de Zimmerberg y la estación ferroviaria de Stadelhofen, así como el intercambiador de Ginebra.
Las propuestas del Consejo Federal se someterán ahora a consulta antes del 14 de octubre. Está previsto que en 2026 se envíe al Parlamento una solicitud para la siguiente fase de ampliación del ferrocarril. La decisión sobre la penúltima y mayor fase de ampliación está prevista para 2030.