El incidente ha provocado la suspensión de las operaciones en el Ferrocarril del Mineral (Malmbanan). Las estimaciones iniciales de la Administración Sueca de Transportes(Trafikverket) apuntaban a una reanudación de los servicios a finales de diciembre, revisada posteriormente a principios de enero.
El descarrilamiento se produjo cuando el tren entraba en un cobertizo para la nieve, diseñado para proteger la vía de la nieve. Varios vagones de la parte delantera y trasera del tren permanecieron en la vía, mientras que otros que estaban dentro del cobertizo de nieve descarrilaron. No se registraron heridos entre el personal de a bordo.
Linda Bjurholt, Directora de Logística de LKAB, destacó el impacto financiero de la interrupción, señalando la importante pérdida de ingresos por cada día de inactividad. Expresó su preocupación por la posibilidad de un cierre de la producción en Kiruna si la interrupción continúa.
La Autoridad Sueca de Investigación de Accidentes (Haverikommissionen) puede participar en la investigación, lo que ha restringido el acceso de LKAB al lugar del accidente. En consecuencia, está pendiente una previsión detallada del resultado. La causa del descarrilamiento sigue sin determinarse.
Bjurholt también mencionó las evaluaciones en curso del impacto en las entregas y la producción, reconociendo las limitaciones en la capacidad de almacenamiento. Destacó la colaboración con Trafikverket para resolver la situación.
La sección Kiruna-Narvik del ferrocarril, con diez trenes diarios a plena carga, es responsable de aproximadamente dos tercios de las entregas de mineral de hierro de LKAB. Otros cuatro o cinco trenes circulan diariamente por el circuito sur Gällivare-Luleå. Las limitaciones actuales no permiten compensar el déficit aumentando el transporte a Luleå.