En el sur de Moldavia, una línea de ferrocarril bordea la frontera de Ucrania, entrando en su territorio en la ciudad moldava de Etulia y abandonándolo poco después en la ciudad de Reni para regresar a Moldavia en la ciudad de Giurgiulesti. Esta situación concreta estaba ralentizando la circulación de los trenes, que esperaban hasta tres días para pasar el control fronterizo a pesar de transitar sólo por una corta parte de tierra en Ucrania. Según un nuevo acuerdo, ahora los trenes en tránsito circularán sin detenerse y realizarán controles fronterizos, aduaneros y otras medidas oficiales de control en la estación de Reni.
A partir de Giurgiulesti, que también es un puerto fluvial, la línea se divide, y un ramal entra directamente en Rumanía, lo que permite a los trenes ucranianos con grano seguir avanzando hasta el puerto rumano de Galati (a 3,5 km), en el río Danubio, para exportar a través del delta del Danubio y el Mar Negro. La línea rumana se reabrió con este fin en 2022, tras 22 años de inactividad.
Después de que Rusia pusiera fin a la Iniciativa de Granos del Mar Negro, los ferrocarriles europeos vuelven a estar bajo presión para manipular la mayor cantidad posible de grano de la temporada de cosecha de este año procedente de uno de los principales productores mundiales de grano: Ucrania.