RM: ¿Cuál es la posición actual de China en el comercio y la logística mundiales?
Según la última clasificación de la UNCTAD sobre capacidades logísticas, aunque China no ocupa uno de los primeros puestos (están Singapur, Finlandia y Alemania), el papel de China como potencia comercial se refleja, por supuesto, en el alcance y la estructura de los servicios logísticos del país. El gobierno actual está invirtiendo mucho en el desarrollo de infraestructuras. Más de 5 de los 10 puertos más importantes del mundo están en China; el enlace ferroviario de mercancías más largo del mundo empieza (y termina) en China; sólo en el transporte aéreo (de mercancías) China ha vuelto a la normalidad después de que amainara el boom covidi. Por otra parte, China se beneficia de la presencia en el país de filiales de las mayores empresas logísticas del mundo y de sus conocimientos técnicos.
RM: Actualmente se discute mucho sobre la dependencia de Occidente (incluido Estados Unidos) de China para cosas tan básicas como las sustancias necesarias para fabricar medicamentos. Pero estos no son los únicos productos básicos en los que dependemos de China, ¿podremos romper alguna vez esta dependencia?
La dependencia excesiva de cualquier cosa es, por supuesto, algo desagradable, y como tal debe tratarse y romperse. Pero no puede hacerse demasiado deprisa y de forma demasiado aventurera, como parece estar ocurriendo en Europa en estos momentos; tras una acción tan precipitada, aparecerán síntomas de abstinencia y el paciente puede derrumbarse por esta independencia adquirida rápidamente. Sin embargo, las declaraciones políticas de los altos funcionarios de la UE me parecen un tanto "a medida" y "a la moda", derivadas de la necesidad de encontrar un enemigo exterior al que culpar del mal comportamiento interno. Durante más de 40 años, Europa ha vivido de la fabricación barata en China, y la escala de inversión de las empresas europeas en China es ahora tal que es imposible confiar en que las empresas europeas se trasladen "a otra parte" en un futuro próximo. Y luego está la cuestión de "Neruda"(nota del editor: Jan Neruda fue un famoso escritor checo): ¿dónde trasladarse, donde los chinos no estén ya enganchados de alguna manera indirecta?
RM: ¿Cuál es la posición actual de la República Checa en relación con China? Hace unos años se hablaba de inversiones que no llegaron a materializarse. Dónde se encuentra hoy la República Checa y qué importancia tiene China para ella?
Como demuestran muchos ejemplos recientes en torno a la llamada Ruta de la Seda en el Tercer Mundo, China está centrando más sus inversiones en los mercados emergentes, ya sea en el Sudeste Asiático o en África. Por eso, en el momento del cortejo de nuestro ex presidente a los dirigentes chinos, ya estaba claro que miles de millones de dólares de inversión no fluirían hacia el entorno checo. Esto significa que la República Checa no tiene nada que ofrecer a China a cambio de devolver ningún préstamo, como suele ocurrir con este tipo de "inversiones". Incluso geopolíticamente, la República Checa no es un socio estratégico para China; lo son, lógicamente, Alemania (gran inversor en China) y otros grandes países de la UE. Pero China es un socio crucial para nosotros como proveedor de muchos productos acabados y piezas sin los cuales nuestra economía manufacturera no podría existir. Si en el futuro podemos encontrar fuentes alternativas de estos productos, sin duda podremos aislarnos de las importaciones chinas, pero lo cierto es que la doctrina del Gobierno de suprimir los contactos con China no hará sino animar a comerciantes alternativos que estarán encantados de abastecer el mercado checo con producción china de forma indirecta y con un margen atractivo. Como se sabe desde hace tiempo, las mercancías siempre encuentran su camino; las barreras artificiales no las detendrán, sólo las encarecerán.
