Grecia se ha visto afectada por una de las peores inundaciones de su historia reciente, provocada por la tormenta "Daniel", que ha dejado amplias zonas del país bajo el agua, cobrándose vidas y dejando a muchos desaparecidos. El ya frágil sistema ferroviario griego también se ha visto gravemente afectado, con importantes partes de la infraestructura arrasadas por las aguas. Mientras comienzan los esfuerzos de recuperación, el puerto del Pireo puede perder sus conexiones ferroviarias con Europa durante un largo periodo, posiblemente hasta una semana o más.
Tras años de retrasos, equipos clave y proyectos recientemente terminados se han visto gravemente afectados. Funcionarios de la Organización de Ferrocarriles Helénicos (OSE) han estado sobre el terreno en zonas afectadas como Domokos, Doxaras y Paleofarsalos para evaluar el alcance de los daños, preparar informes detallados y solicitar ayuda financiera a la Unión Europea. Los equipos de la OSE están utilizando drones para examinar el estado de la red y realizar inspecciones sobre el terreno. Sin embargo, sigue sin saberse cuándo se reanudarán los servicios ferroviarios, sobre todo en rutas críticas como Atenas - Salónica - Atenas, paralizada por la interrupción del tráfico ferroviario entre Lianokladi y Larissa.
La reparación de los cuantiosos daños, estimados entre 35 y 45 millones de euros, constituye un reto tanto financiero como logístico. La devastación va más allá de las vías y la señalización, afectando a equipos costosos como el Sistema Europeo de Control de Trenes (ETCS), que mejora la seguridad ferroviaria.