En el mundo del cine, pocas películas captan la intensidad y el suspense de una catástrofe como "La travesía de Casandra". Dirigida por George P. Cosmatos y estrenada en 1976, la película trata de un terrorista sueco enfermo que infecta a los pasajeros de un tren con la peste neumónica mientras viajan por Europa. La película está protagonizada por Sophia Loren y Richard Harris, pero el corazón de esta apasionante historia es el tren, un vehículo de transporte y confinamiento para sus pasajeros.
El tren es el eje en torno al cual gira la trama. Al principio, encarna lo ordinario: un medio de transporte que lleva a la gente a través de paisajes pintorescos. Pero a medida que avanza la narración, el tren se convierte en un microcosmos del miedo, la incertidumbre y el peligro inminente.
Uno de los elementos más emblemáticos de la película es el cruce de Cassandra, un puente viejo que se convierte en el escenario del desesperado intento de supervivencia de los pasajeros. Esta coyuntura crítica acentúa la importancia del tren, transformándolo en un símbolo del desastre inminente.
A lo largo de la película, el tren se convierte en un personaje en sí mismo, con sus vagones repletos de individuos diversos empujados a una inesperada lucha por la supervivencia. El espacio reducido aumenta la tensión, atrapando a los pasajeros en un ambiente claustrofóbico de miedo y desesperación.
Hechos entre bastidores:
- La compañía ferroviaria suiza Schweizerische Bundesbahnen-Berne proporcionó un tren completo para la producción. Este incluía la locomotora, un vagón restaurante, un coche cama, numerosos vagones y coches.
- El título hace referencia a un puente de la película llamado "Puente Kasundruv". La estructura arquitectónica utilizada en la película era el viaducto de Garabit, situado en el sur de Francia. Fue construido entre 1881 y 1884 por Gustave Alexandre Eiffel, famoso por la Torre Eiffel. Tiene 122 metros de altura y 565 metros de longitud. El viaducto de Garabit sigue utilizándose como puente ferroviario.
- La trama de la película gira en torno al posible brote de un virus mortal de peste neumónica en un tren a causa de un pasajero infectado por un germen. De niño, el guionista y director George P. Cosmatos sufrió un brote de cólera cuando vivía en Egipto. Cosmatos dijo una vez: "A mí, una epidemia me parece más destructiva que un terremoto, un incendio o incluso una bomba, y una epidemia provocada por el hombre, como la que se muestra en esta película, es la más despreciable de todas. Somos nuestros peores enemigos porque nos estamos matando a nosotros mismos con el llamado progreso".